El siglo XXI en su oleada tecnológica, de una expansión a velocidad vertiginosa, se introdujo en prácticamente todas las actividades del ser humano, siendo un punto de enfoque central el ámbito laboral, donde su implementación se orienta al aumento de la productividad, de la transparencia y del control.
La línea tecnológica introducida en los asuntos del Estado dio en llamarse gobierno electrónico, en donde a través de aplicativos desarrollados sobre plataforma web permiten a la ciudadanía obtener información y realizar gestiones en diferentes entes públicos a través de la Internet.
Un punto sumamente sensible a la actividad comercial es el atinente al cálculo y cobro de tributos, donde el Estado central a estos efectos ha realizado implementaciones para el cobro de tributos aduaneros (Dirección General de Aduanas), tasas judiciales (Corte Suprema de Justicia) e impuestos directos e indirectos sobre las diferentes actividades comerciales (Subsecretaría de Estado de Tributación).
Si bien las dos primeras implementaciones mencionadas se pueden considerar exitosas desde el punto de vista operativo, no se puede expresar lo mismo de la implementación del Sistema Marangatu, que fue implementado en su primera versión en el año 2006.
Luego, en el año 2016 se inicia el proyecto de actualización tecnológica del Sistema Marangatu que tuvo una implementación bastante desorganizada; prueba de ello fueron las numerosas Resoluciones de ampliaciones de plazos de presentación que se vinieron dando ante la imposibilidad de realizar las gestiones tributarias correspondientes a través del sistema en cuestión.
El Sistema Marangatu hasta la fecha sigue presentando problemas de funcionamiento operativo, exigiendo un nivel de resiliencia extremo en las y los profesionales contables, quienes asumen ingentes responsabilidades legales y financieras por la presentación en tiempo y forma de las declaraciones juradas informativas e impositivas y, por el pago del tributo que realizan sus clientes los contribuyentes a través de los/as contadores/as.
En efecto, la falta de cumplimiento de las presentaciones de las declaraciones juradas en tiempo y forma, traen aparejadas el pago de multas, contravenciones e intereses de las que la/el profesional contable debe hacerse cargo en la generalidad de los casos, ya que sus clientes consideran este hecho como una negligencia del/la profesional. Esta situación, además de generarle al contador/a un perjuicio pecuniario, le genera una imagen negativa, imagen que junto con sus conocimientos y su pericia son sus principales activos laborales.
El actual gobierno nacional realizó modificaciones organizacionales institucionales tendientes a favorecer y mejorar la gestión tributaria nacional. En el marco de estas modificaciones se espera que el nuevo gobierno priorice la solución definitiva de los problemas que genera el mal funcionamiento del Sistema Marangatu en el más corto plazo, no solo por la gestión de recaudación del Estado, sino para reivindicar a la/el profesional contable paraguaya/o, que es el principal agente de canalización de tributos del contribuyente al Estado en el Paraguay.
Fuente: De nuestra redacción.