En el caso de que el auditor no está en condiciones de formular una opinión profesional sobre los estados financieros tomados en su conjunto se expresa una abstención de dictaminar, explicando claramente el por qué no ha podido hacerlo. Esta situación se presenta cuando las restricciones en la aplicación de procedimientos de auditoría son importantes, limitando en tal forma el alcance del examen y las bases necesarias para emitir una opinión o la incertidumbre del auditor es tan grande que no le permite responsabilizarse de una opinión.
También se da esta situación de abstención cuando los registros son muy inadecuados, faltan los estados financieros y no existe un sistema adecuado de control interno. En estos últimos casos el auditor se concentra, si es posible, a realizar exámenes parciales de los registros existentes e informar sobre los sistemas financieros y el control interno de la entidad.
El auditor debe negar o abstenerse de expresar una opinión cuando no es posible formularla sobre la razonabilidad de los estados financieros. La incapacidad para expresar una opinión puede ocurrir debido a condiciones fuera de control del auditor, tales como el negar el acceso a los registros, o a una decisión que sería útil incluirla en un informe especial de una entidad que no ha sido auditada.
En resumen, el auditor debe negarse a expresar una opinión cuando, por haberse limitado el alcance de la auditoría o por falta de observancia de los principios de contabilidad generalmente aceptados y/o normas legales, sus salvedades o excepciones serían de tal naturaleza que destruirían el significado de su opinión sobre los estados financieros examinados tomados en su conjunto.
A continuación, se da un ejemplo de una abstención de expresar opinión:
